Antiguamente, en medio de la selva chiapaneca, había un lugar llamado Dolores, muy cerca de El Paraíso. Ahí se encontraba la casa de Metzabok, el dios hacedor de truenos y de la lluvia, a quien los lacandones adoraban y a la vez temían.

En aquel lugar de belleza incomparable, rodeado de naturaleza, también habitaban muchos ladinos (así llaman los lacandones a los extranjeros). Entre ellos estaba su guía espiritual, su Santo, quien tenía una esposa muy hermosa, lo que provocó los celos del dios de los truenos.

Metzabok quedó cautivado con aquella mujer que le resultaba enigmática, no podía sacarla de su mente, hasta que un día no resistió más y la raptó. La suegra del dios del trueno enfureció al saber del secuestro y expulsó a su yerno del hogar.

Para ocultarse de todos, la deidad llevó a la víctima cautiva a una laguna. Ahí tuvieron un hijo, quien, con el paso del tiempo, creció sano y fuerte. A pesar de que era feliz con su nueva familia, al dios del trueno y de la lluvia le dolía el corazón por las diferencias con su suegra. Sin embargo, tomó la decisión de visitarla por sorpresa. Le llevó preciados regalos: tabaco y pieles de tigrillo.

La anciana recibió con agrado los presentes, pero lo que en verdad le brindó felicidad fue ver al hijo de Metzabok, a quien apapachó y besó. Fue así que imperó la paz y la dicha entre ambas familias. Y aunque le abrieron de nuevo las puertas de su antiguo hogar, el dios hacedor de truenos y de la lluvia prefirió permanecer en la laguna que hoy lleva su nombre.

Es un sitio protegido

La Laguna de Metzabok se localiza entre las montañas del oriente del estado de Chiapas, en la parte de la Selva Lacandona que pertenece al municipio de Ocosingo. El 23 de septiembre de 1998 fue decretada Área Natural de Protección de Flora y Fauna. El 2 de febrero de 2004 esta laguna fue declarada un Sitio RAMSAR, es decir un humedal de importancia internacional.

Actualmente, en la región de la laguna, que posee una superficie de 3 mil 368 hectáreas, viven aproximadamente 100 personas de la etnia lacandona, lo cual no pone en riesgo a su diverso ecosistema que incluye especies de animales en peligro de extinción, como el hocofaisán, el águila arpía, el quetzal y el jaguar.

Comisión Nacional del Agua