Han llegado de diversos estados, con una sola misión: la de apoyar; por eso trabajan como voluntarios armando despensas en los centros de acopio, removiendo escombros en las zonas afectadas, repartiendo alimentos entre los brigadistas, supervisando estructuras, apoyando en las mudanzas de las familias que se quedaron sin casa y jugando con los niños.

La edad es lo de menos y la distancia también, Morelos ha recibido voluntarios de la Ciudad de México, Jalisco, San Luis Potosí, Hidalgo, Guerrero, Querétaro, Estado de México, Tlaxcala, entre otras entidades.

“Venimos de la Ciudad de México, trajimos víveres y decidimos quedarnos. Yo soy veterinario, pero vengo a apoyar en la labor que se necesite”, expresó Daniel Tejeda quien arribó con un grupo de amigos a Jojutla.

Diego Popoca vive con sus papás en Temixco, pero decidió acompañar a su mamá a las instalaciones del DIF Morelos en Cuernavaca para ayudar en la integración de despensas, ha trabajado dos días ahí porque sabe que es tiempo de ayudar a los damnificados.

Alma Esther Álvarez vive en Jojutla y aunque ella no sufrió afectaciones sus vecinos sí, por eso apoya en el albergue que se instaló en la Alameda, organiza la entrega de despensas y estado con ellos desde el día del temblor.

Gilberto Díaz y varias de sus compañeros sicólogas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) decidieron venir a Morelos a apoyar a los niños, en Jojutla montaron un pequeño espacio para que los menores realicen actividades recreativas y se olviden un poco de la tragedia que viven.

Provenientes de la Universidad de Guerrero, una brigada de protección civil recorre las calles más dañadas del centro de Jojutla y ayuda a las personas a entender los daños que sufrieron, además de que pide no poner su vida en riesgo.

Y así con pequeñas acciones la solidaridad en Morelos se hace presente, por eso los propios voluntarios invitan a la gente a sumarse para que Morelos siga en pie.