Una ciudadana del estado de Guerrero, se quejó del trato que recibió en la comunidad indígena de Xoxocotla.
Reyna Hernández, radica en Iguala, Guerrero y tiene un taxi. El lunes pasado, su chofer, Aníbal Figueroa, recibió la petición de un viaje desde Iguala a Zacatepec. Al llegar a Xoxocotla, había un retén, montado por las propias autoridades locales. Dijo que al revisar a los pasajeros del taxi, a uno de ellos, le encontraron presuntamente droga para su consumo personal, pero los policías detuvieron a los tres.
Ella se tuvo que trasladar desde Iguala hasta Xoxocotla, donde el juez cívico, Gustavo Mata Alonso, nunca le supo decir porqué el chofer del taxi estaba detenido, pero le aplicó una sanción de 1,044 pesos, que no pagó.
Regresó al otro día (martes) y el juez le rebajó la sanción a 350 pesos, sin explicar nunca el delito.
El problema después fue recuperar el vehículo, que aunque el director de tránsito le dijo que no debía pagar ninguna sanción, porque no tenía problema, al querer sacarlo de “Grúas Aguilar” de Xochitepec, le cobraban 6,650 pesos de arrastre, inventario y demás.
Indignada, buscó apoyo de las autoridades estatales, pero no lo consiguió, por lo que para no perder más tiempo y dinero, tuvo que pagarlos para regresar a Iguala.
Además, pese a que le dijo a la policía y al juez cívico, que los pasajeros no habían pagado el viaje, nunca le ayudaron y los dejaron ir.
Lamentó que no se apliquen las leyes correctamente en Xoxocotla y consideró que “lo único que les interesa, es el dinero”.