Creador de la “generación del pañal” y poseedor del recórd Guinness por haber instruido a la persona más joven del mundo a esquiar, Eduardo López Román, mejor conocido como “Molacho”, fue homenajeado y reconocido este sábado en Tequesquitengo, tras su fallecimiento ocurrido el pasado 10 de agosto, justo a un mes de cumplir 83 años de edad.
Molacho fue chilango de nacimiento, de crianza guerrerense (vivió en Acapulco) y de corazón morelense, narró Patricia Fernández –hija del popular narrador deportivo Ángel Fernández-, quien fue su alumna desde niña y amiga desde entonces.
Fue lanchero, esquiador y restaurantero. Muy conocido por sus habilidades en las tablas para practicar este deporte, obtuvo logros internacionales. En sus últimos años, fue instructor de esquí y natación, dijo en su semblanza.
Hizo de Tequesquitengo su hogar, a invitación de sus amigos, y en donde fue instructor de muchos deportistas, fue impulsor del día de la Marina y activo participante de la fiesta del Jueves de Ascensión en el lago.
Fue promotor permanente del lago de Tequesquitengo.
Eduardo López Román tuvo tres esposas y se divorció igual número de veces. Tuvo una hija con cada una. Su hija Lidia, conocida como “Yiya”, refirió que Molacho falleció de neumonía este diez de agosto, tranquilo y en paz.
A la ceremonia, acudieron su hija Lidia López Torres “Yiya”, familiares, restauranteros, lancheros y amigos, así como autoridades municipales.
Finalmente, se depositó una ofrenda floral flotante en el punto conocido como “la boya” del lago.
SEMBLANZA DE EDUARDO LÓPEZ ROMÁN (1938-2021), DIFUNDIDA POR EL AYUNTAMIENTO DE JOJUTLA
RESEÑA: Acapulqueño por nacimiento y morelense por adopción, Eduardo López Román “Molacho”, inició como ayudante lavando lanchas en 1954 con sólo 15 años; su tesón y trabajo pronto lo llevaron a ser lanchero, iniciando sus entrenamientos para convertirse en esquiador; su dedicación rindió frutos muy rápido, pues fue campeón regional en Acapulco y en 1957 en Tequesquitengo, se convirtió en campeón nacional en el V campeonato nacional de novatos. De ahí en adelante sólo triunfos conoció Molacho, representó a México en los campeonatos mundiales de esquí acuático en Vichy Francia y Milán Italia en 1963. En 1964 se coronó campeón internacional en Acapulco y en 1967 otra vez campeón internacional en Serbrooke Canadá. Filmó películas con las estrellas de la época como Capulina y Mauricio Garcés, entre ellas: Buenos días Acapulco y El criado mal criado, filmada en Teques y entrenó con grandes deportistas como Damián Piza y Joaquín Capilla en trampolín de 3 metros.
Cambió su residencia a Tequesquitengo y se convirtió en incansable promotor del lago, a él le debemos los festejos del Día de la Marina el 1 de junio, junto con el Dr. Flores del Club Náutico y el capitán Beto Medina. Además de apoyar a la fiesta de La Ascensión del Señor que se realiza 40 días después de Semana Santa. Para cubrir sus gastos, se convirtió en instructor de esquí, su talento fue heredado a varios discípulos que han llegado también a campeones nacionales como: Víctor Menéndez, Paty Rebora, Aurora Baquedano, Carlos García, Jorge Font, etc. Tres generaciones de esquiadores son testimonio de su gran talento. Pero su mayor logro como instructor sin duda lo constituyen sus dos hijas, Yiya (Lidia López Torres), que en 1964 aprendió a esquiar a la edad de 2 años y seis meses en Acapulco y Claudia López Salazar, la bebé esquiadora que a los 8 meses de edad, aprendió a esquiar antes de caminar. Hazaña reconocida por la Federación Mexicana de Esquí Acuático en 1991.
La tradición de Molacho continuó con la llegada de su mamá Doña Juventina Román Delgado a Teques, con quien fundó el “Molacho´s Club”. Aquí se podía comer el mejor ceviche y las famosísimas pescadillas, además del pescado sarandeado. Desafortunadamente doña Juve nos dejó en 1989, terminándose esta etapa de la vida de Molacho como restaurantero.