La gran roca de más de dos metros de diámetro cayó sobre la carretera Valle de Vázquez-Quilamula, no causó daños materiales ni humanos, gracias a la intervención divina, consideró María del Carmen García Quintero, quien vive justo enfrente de donde cayó la gran piedra.

En el lugar, se puede apreciar que la enorme roca cayó de la parte alta, arrasó árboles, golpeó fuerte en la tierra y gracias a eso, aminoró su velocidad y se detuvo sobre la carretera. A un lado y otro del camino, hay viviendas, pero no causó daños.

María del Carmen García Quintero y su hija, Daniela Cázares García, vecinas del lugar, quienes viven justo enfrente de donde rodó y se detuvo la roca, a la entrada de Quilamula, dijeron que la tierra se estremeció, como si estuviera temblando.

Al salir a ver lo que había pasado y encontrar la piedra en el lugar, consideraron que fueron afortunadas de que no hubiera caído en su casa o en la vecina.

“En lo particular, creo que fue la mano de Dios que protegió a mi familia”, externó María del Carmen.

Criticaron que a pesar de que ya lo reportaron al municipio, especialmente a protección civil, para que realizara una inspección y descarte que haya otras rocas que se puedan desprender, las autoridades ni siquiera han ido a ver.

Aunque el camino no está totalmente obstruido y pueden pasar los vehículos, los camiones pesados tienen muchas dificultades para circular o de plano no pasan.

La roca cayó la madrugada del sábado, alrededor de las dos horas. No estaba lloviendo ni había ocurrido nada que pudiera haberlo provocado, dijeron.