Estrechar la comunicación e intercambiar experiencias, es necesario para cerrar ciclos e iniciar una nueva etapa, recomendó la Jefa Nacional de Salud Mental, Lucía Ledesma Torres.
Tomar vacaciones es una oportunidad de transición y ajuste para que desde
cada hogar prevengan positivamente su regreso a la vida social, añadió.
El reto de la nueva normalidad para retomar ocupaciones presenciales y el regreso a clases, es recuperar el equilibrio emocional poniendo límites y adoptando estilos de vida saludables, con medidas permanentes de autocuidado, protección, higiene y bioseguridad, señaló la Jefa Nacional de Salud Mental “ECOS para el Bienestar” de la Dirección Normativa de Salud del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Lucía Ledesma Torres.
Recomendó a los padres “estrechar la comunicación entre todos los miembros de la familia, abrir espacios para el diálogo e intercambio de experiencias en cuanto a cómo les ha impactado y han afrontado la pandemia, con el propósito de cerrar ciclos e iniciar una nueva etapa”.
Subrayó la importancia de auto observarse el estado anímico y conductual de cada uno de los miembros de la familia para detectar oportunamente posibles secuelas en la salud mental derivadas de la pandemia COVID-19, como cambios drásticos de humor, irritabilidad, miedo, trastornos del sueño, crisis de llanto, entre otros que podrían detonar ansiedad, depresión, estrés postraumático o violencia intrafamiliar.
Ante la persistencia de síntomas por varios meses o complicación, Ledesma Torres recomendó a los derechohabientes acudir a sus clínicas de medicina familiar para recibir atención médica, algunas de ellas cuentan con servicios de salud mental integrados, en otros casos los pacientes que ameriten tratamiento especializado con psicoterapia o incluso farmacológico, podrán ser referidos a unidades médicas de
segundo nivel.