El tenor Fernando de la Mora y la Orquesta Sinfónica Mexicana, dirigida por Rodrigo Macías engalanaron la inauguración del Centro Cultural Teopanzolco, una nueva opción para la cultura y el entretenimiento en Cuernavaca.

En punto de las nueve de la noche las luces del escenario se encendieron por primera vez,  y comenzó un recital que recordó los más importantes boleros mexicanos.

Violines, violas, violonchelos, contrabajos, flautas,  clarinetes, cornos, trompetas,  trombones, percusiones, un piano y un arpa llenaron el escenario junto con la voz del tenor originario de Ciudad de México, quien dijo: “Este maravilloso teatro es la forma en que México puede  salir de sus problemas, con cultura y educación”.

La velada inició con la interpretación, por parte de la Orquesta Sinfónica Mexicana, de la “Polka Rayos”; tras esta melodía se presentó Fernando de la Mora para deleitar a los asistentes con tres obras internacionales: Torna a surriento, Non ti scordar di me y Funiculi Funicula. Vinieron después Júrame y Cuando Vuelva a tu lado de María Grever.

De la Mora, quien ha pisado los más importantes escenarios a nivel mundial como el Metropolitan Opera de Nueva York y la Opera de Viena, dejó, entonces, el escenario a la Orquesta que interpretó el Huapango de Moncayo.

Mucho Corazón, Todo y Nada, Bonita, Cómo fue y Quién Será continuaron el programa del tenor, mientras que la Orquesta tocó un Tríptico Mexicano.

Tras un cambio de vestuario, regresó al escenario el tenor para presentar los boleros Como yo te amé, Vereda Tropical y Amor de mis amores.

“No puede faltar en una inauguración la siguiente melodía”, dijo De la Mora y comenzaron a sonar las notas de Bésame Mucho, al mismo tiempo que los aplausos.

Siguió Granada, la canción escrita en 1932 por Agustín Lara y el público se puso de pie.

No pudo haber mejor colofón: México Lindo y Querido que cantó no sólo el tenor sino también los asistentes.

Así, una hora y veinte minutos después el escenario del Centro Cultural Teopanzolco quedó formalmente inaugurado.