Elsah Arce Uribe, profesora investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), realiza estudios y evaluación de respuestas anti predatorias de la mojarra criolla en la cuenca del río Balsas y localidades del sur del estado de Morelos.
Con estas investigaciones han encontrado que la mojarra criolla mexicana se agrupa para sobrevivir ante amenazas depredadoras de peces no nativos y ha desarrollado estrategias que pueden limitar su conducta, como nadar o comer, pero gracias a su adaptabilidad, han mejorado el nivel de sobrevivencia de sus crías.
Arce Uribe detalló que gracias a un trabajo de investigación de nivel maestría realizado en el CIB, se encontró que la mojarra mexicana se agrupa para sobrevivir ante amenazas depredadoras, debido a que son especies muy agresivas que pelean por recursos, territorio y reproducción sexual con aquellas especies que no son nativas que buscan establecerse.
“Ante la llegada de peces no nativos se ponen en riesgo las especies nativas, por eso desarrollan procesos de adaptación para enfrentar resistencia de patógenos, tasas de reproducción aceleradas, competidores, trasmisión de enfermedades, entre otros riesgos para las poblaciones”, dijo la investigadora.
Señaló que los peces como la tilapia, el terror verde, el cíclido convicto y boca de fuego, son peces no nativos que agreden a las mojarras criollas, según las observaciones y estudios en el Laboratorio de acuicultura e hidrobiología del CIB, donde se estudian muestras de especies originarias de localidades como Tehuixtla y Puente de Ixtla, Morelos.
Elsah Arce refirió que, aunque es complejo saber la causa precisa de cómo se introducen las especies no nativas con las criollas, existe la hipótesis de que al ser Morelos un importante productor de peces ornamentales y debido al mal manejo de su cultivo o comercialización, podrían estarse ocasionando liberaciones de especies en cuencas y ríos.
Agregó que no es recomendable la práctica de liberar a los peces ornamentales en ríos, debido a que se desconocen las consecuencias de su presencia en un territorio, lo que podría tener como consecuencia que desarrollen una lucha con las especies nativas por establecerse en un lugar.
Cabe destacar que a través del Laboratorio de acuicultura e hidrobiología del CIB de la UAEM, se ha investigado desde hace más de 20 años a la mojarra criolla (Cichlasoma istlanum) en la cuenca del río Balsas, especie nativa del estado de Morelos.