En esta temporada en la que se registran altas temperaturas, la titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), Margarita Galeana Torres, hizo un llamado a los productores a evitar las quemas agrícolas en el territorio morelense.
Sugirió a los productores acercarse a la Sedagro que en conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), pueden brindarles capacitación respecto a la Agricultura de Conservación, que se basa en los principios interrelacionados de la mínima alteración mecánica del suelo, la cobertura permanente de éste con material vegetal vivo o muerto y la diversificación de cultivos mediante rotación o cultivos intercalados.
Para reducir la alteración del suelo, los agricultores pueden practicar la labranza mínima, lo que permite la siembra directa sin arar o preparar el suelo. El agricultor siembra directamente a través de los residuos superficiales del cultivo anterior.
Margarita Galeana precisó que entre los beneficios más notables de no quemar el rastrojo y en cambio usarlo como cobertura del suelo, se encuentran los siguientes: reducción de los costos de producción, el suelo mejora en su estructura y la calidad, crece menos maleza, la humedad se mantiene e, incluso, se pueden obtener mayores rendimientos.
Añadió que la recomendación de evitar las quemas agrícolas en el estado, busca por un lado lograr una cultura de prevención, pero también es una acción por el clima, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por último, la secretaria de Desarrollo Agropecuario apuntó que las altas temperaturas, la baja humedad en el ambiente y la presencia de áreas con material vegetal seco son condiciones propicias para los incendios, aunque ninguna es tan determinante como la intervención humana.
Puntualizó que si bien existe la Norma Oficial Mexicana NOM-015-SEMARNAT/SAGARPA-2007 que establece las especificaciones técnicas de los métodos de uso del fuego en terrenos forestales y de uso agropecuario, es necesario redoblar esfuerzos para cambiar el paradigma de las quemas agrícolas.