Controla tus gastos: toma conciencia sobre las cantidades de los gastos a generar y siempre ten presente tu capacidad de pago, que es la cantidad de tus ingresos cotidianos, menos tus gastos generales y ese resultado es tu margen de maniobra para utilizarlo en fomentar un ahorro.

Sé precavido: no cargues con todo el efectivo y si realizas pagos con tarjeta de débito o crédito, no la pierdas de vista, y en la medida de lo posible se tú mismo quien la deslice por la terminal punto de venta, y así puedas evitar el robo de datos bancarios y ser víctima de robo de identidad. No des “tarjetazos” si no tienes la certeza de que podrás cubrir los pagos. Evita realizar disposición de efectivo en cajeros automáticos, pues pagarás comisiones elevadas. Haz una lista de los teléfonos de emergencia de tu banco, en caso de robo o extravío de tu tarjeta. Usa aquella cuya fecha de corte haya pasado recientemente, así el plazo de financiamiento sin intereses será mayor. Siempre verifica que la cantidad por la que vayas a firmar sea la correcta. Guarda todos tus vouchers para cualquier aclaración.

Modera los antojos: respeta el plan que has hecho, si comienzas a decir que te quedarás un día más tendrás que pagar lo que eso signifique. No compres cosas por estar en ese destino si no lo tenías contemplado. También respeta los horarios cuando tengas boletos adquiridos con anticipación, sino verás cómo se esfuma tu dinero al llegar tarde a tu vuelo, o atracción que hayas contratado. Si no lo haces, corres el riesgo de quedarte con poco dinero los últimos días de tus vacaciones.