El tapete de aserrín  que se lució en el marco de la Feria de Año Nuevo en honor al Señor de Tula en el municipio de Jojutla, fue diseñado y confeccionado por solo seis personas, así lo dio a conocer Sergio Leguízamo Maya Director de Asuntos Religiosos del Ayuntamiento de este municipio.

Tapete que se lució en la calle Cobarrubias entre la alameda y la Iglesia de San Miguel y el Santuario del Señor de Tula. Mismo Que la mañana de jueves trabajadores del Ayuntamiento ya estaban retirándolo y que al momento de estarlo barriendo se acercaron personas para solicitarle que pudieran donárselo ya que tienen animales y la otra parte la dirección de ecología se haría cargo.

Mencionó que este tapete no lo realizaron especialistas por lo que agradeció al personal de la cafetería La Martina quiénes aportaron la mano de obra y él quién estuvo dirigiendo este tapete donde recalcó que ya lo había elaborado en otros municipios y que en Jojutla fue la primera vez y fue toda una novedad.

Las alfombras de aserrín tienen origen en la época prehispánica. De estos tiempos sabemos por los cronistas españoles del siglo XVI y por los testimonios indígenas escritos que los señores y sacerdotes de la teocracia tenían alfombras de flores, pino y de plumas preciosas de ave con el quetzal, guacamaya y colibrí. La localización geográfica de esta tradición mesoamericana era al sur de México, particular entre los indígenas tlaxcaltecas. Durante la conquista española en el siglo XVI estos fueron traídos como personal militar de apoyo para los conquistadores iberos. Otra influencia para el arte de hacer alfombras de aserrín la encontramos de parte de los españoles particularmente aquellos provenientes de las islas canarias donde se elaboraban alfombras desde tiempos inmemorales.

Las alfombras pueden ser de flores, de aserrín o ambos, aunque en otros países latinoamericanos incluyen frutas, legumbres y panes.