Dieciocho carpas que fueron donadas por la Unicef y utilizadas por la escuela primaria Juan Jacobo Rosseau de manera provisional por el sismo, se encuentran embodegadas, echándose a perder y generando fauna nociva, porque el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), ni las recoge para aprovecharlas, ni permite que las vendan, aseguró el director del plantel, Óscar Alfonso Tajonar García.
Comentó que tras el sismo, utilizaron las 18 carpas aproximadamente un año en el auditorio de Panchimalco.
Dijo que en octubre del año pasado, al regresar a la escuela, hizo contacto con la Unicef para saber qué hacer con esas carpas, y les respondieron que esa era una decisión del IEBEM.
Hasta la fecha, no los dejan venderlas, pero tampoco las recogen, generando fauna nociva para toda la comunidad escolar.
Aprovechó para pedir apoyo a las autoridades, ya que aseguró que esta escuela no ha recibido ni un peso para su mantenimiento y necesidades, mientras que otras reciben de entre 20 y 90 mil pesos al año.