Se realizan investigaciones sobre actividades mineras en el municipio de Tlalquiltenango, Morelos, donde principalmente se extrae el plomo y la plata desde el siglo XVIII  hasta 1900, que han afectado de manera importante el medio ambiente en el Laboratorio de Investigación Ambientales del Centro de Investigación en Biotecnología (CEIB) de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

Profesora investigadora del CIEB Patricia Mussali Galante, informa que uno de los trabajos principales de ese laboratorio es la investigación sobre las encepas bacterianas que han demostrado neutralizar compuestos nocivos para el ambiente como los plaguicidas.

Mussali Galante refirió que en este momento están trabajando en la ecotoxicología, en una nueva línea de investigación integrativa la cual une a la toxicología con la ecología y la biotecnología, principalmente en las zonas mineras que están abandonas en área de Huautla, Municipio perteneciente al Municipio de Tlalquiltenango, donde se han encontrado importantes cantidades de desechos mineros nocivos para el ecosistema.

La investigadora confirma que el sitio ya fue caracterizado y se ha detectado la existencia de metales pesados, los cuales tiene efectos nocivos para la salud humana y la flora y fauna del lugar.

La caracterización de sitios contaminados es la determinación cualitativa y cuantitativa los contaminantes químicos o biológicos que están presentes en el lugar, provenientes de materiales o residuos peligrosos, para calcular la magnitud y tipo de riesgo que conlleva dicha contaminación.

“La población humana está expuesta ya que hay arsénico en el agua, el cual rebasa el límite nacional permitido y también está en la sangre de los pobladores. Hay un efecto biológico que se  relaciona con enfermedades neurodegenerativas importantes y el cáncer, se estudió la fauna y se encontró que las poblaciones de roedores están disminuyendo”, menciono la investigadora.

La investigadora Patricia Mussali detalló que además de generar conocimientos básicos sobre los mecanismos de toxicidad en las zonas abandonas, a través de la microbilogía y ecotixicología se utilizan pantas que absorben metales tales como: el palo loco (Pittocaulon praecox), la acacia y el maíz.

“Estas plantas son hiperacumuladoras, ya que su función es abserver el metal en mayor cantidad y se pueden utilizar como estrategias de fitorremediación para así disminuir la presencia de metales y que la población esté menos expuestos a ellos” menciono.

Una más de las consecuencias de la presencia de los metales pesados en esa zona, dijo la investigadora, además del arsénico en la sangre de los habitantes, “Están disminuyendo las especies de animales ya que estas viven entre los desechos mineros, las plantas están expuestas y estas sirven para alimento de distintos ganados y para la población humana como el maíz”.