Desde hace dos años, Karla Viviana Gaytan de 30 años de edad, originaria de la comunidad de Tilzapotla en el municipio de Puente de Ixtla, se dedica a la albañilería porque prefiere el trabajo rudo que las labores propias de su género.
Bibi, como la nombran sus compañeros, trabaja en una pequeña construcción situada en el centro de Jojutla.
Relató a este medio, que inició pintando casas pero su trabajo terminó, el arquitecto que le dio ese trabajo, le sugirió que descansara, sin embargo, ella le pidió que la contratara como “chalan” de albañilería.
Aún cuando dijo no tener necesidad de un trabajo pesado, confesó que le gusta el trabajo rudo, en el que además obtiene mejores ingresos.
Bibi, gana mil 400 pesos a la semana, lo que le permite mantener a su mama; comentó que ha aprendido hacer la mezcla, pero reconoció que no se aguanta los bultos de cemento, compartió también que le gustaría aprender a pegar piso, aplanar y hacer otros detalles que requieren las obras.
A pesar de ser un trabajo en el que predominan los varones, Bibi no es acosada por sus compañeros, ya que dijo, afortunadamente todos han sido respetuosos con ella.