El Youth Innovation Laboratory (You-i Lab) es una iniciativa desde el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) sin precedentes que sienta las bases para una participación de la población joven del país en la resolución de problemas sociales para beneficio de un mejor mañana.
Para el doctor Salvador Ruiz Correa, director del You-i Lab, la amplia población juvenil del país y los problemas sociales ofrecen una oportunidad única para crear un espacio en el que se aproveche la iniciativa juvenil para emprender proyectos de gran alcance, que beneficien al país.
“El You-i Lab tiene la misión de empoderar a la juventud a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el contexto de proyectos de impacto social. Es multidisciplinario, con un equipo grande con investigadores y voluntarios”, afirma el doctor en ingeniería eléctrica por la Universidad de Washington en Seattle.
Para el director, el nuevo proyecto de nación que se impondrá con el nuevo gobierno de México, implicará la incentivación de la participación ciudadana joven del país en escalas nunca antes vistas, donde sus inquietudes y necesidades habrán de empatarse, de alguna u otra manera, con ese proyecto.
“Hay que entender qué está pasando con la juventud y tratar de diseñar las políticas públicas necesarias para impactar a la sociedad. You-i Lab opera en ese contexto. Tratar de entender qué sucede con los jóvenes y tratar de impactar junto con ellos para que este país crezca”, afirma el investigador.
Urbis y el empoderamiento humano
“Actualmente tenemos un proyecto específico. Una plataforma de colaboración abierta distribuida móvil (crowdsourcing movil), que empodera a los ciudadanos para permitirles documentar y caracterizar problemas sociourbanos, para generar propuestas de solución. Y se conoce como Urbis, con el objetivo de generar soluciones ciudadanas a problemas urbanos”.
Según Ruiz Correa, el programa ONU-Hábitat que emprende la Organización de Naciones Unidas ha concluido que 85 por ciento de la población de México vivirá en centros urbanos para el año 2050, lo cual implica un reto de complejidad social, cultural, económico y tecnológico de gran escala que aún no logramos vislumbrar.
“El fondo de la propuesta es educar. Tú no puedes hacer una propuesta ciudadana de solución si no estás educado y, como consecuencia de esa educación, surge la propuesta. Entonces, desarrollamos este proyecto que nos financió Conacyt en el marco de la convocatoria de desarrollos tecnológicos para atender problemas nacionales, y creamos el proyecto aquí junto a otros programadores”.
Una vez desarrollada la “tecnología social” a través de una colaboración con el gobierno suizo y la plataforma de colaboración internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en Tecnologías para el Desarrollo (Unesco Chair in Technologies for Development, en inglés), se buscó validar la plataforma o su utilidad. Esto es, cumplir requisitos como la viabilidad de uso en distintas ciudades del país (con o sin Internet), validar su uso dependiendo de la cantidad de usuarios, la sostenibilidad y la generación de resultados reales que podrían cristalizar en políticas públicas.
En la ciudad de León, Guanajuato, donde se ejecutó uno de los proyectos más exitosos, existen más de mil 200 grupos de chavos banda, donde cada banda se compone por entre 30 y 100 miembros. La complejidad temporal y social de este fenómeno cultural implicó la participación de gestores que habían sido chavos banda en su juventud ahora capacitados para hacer intervención social, con el objeto de reclutar jóvenes para que los mismos chavos banda documentaran espacios urbanos junto con sus opiniones, necesidades y propuestas.
“Hicimos diez proyectos en ocho ciudades, donde todos tuvieron bastante éxito, pero solo en la ciudad de León, Guanajuato, los resultados llegaron a algunos legisladores y presidentes municipales, así como funcionarios del gobierno del estado. Y se presentaron los resultados en una conferencia ante representantes del gobierno estatal, ya que se había realizado en conjunto con el Instituto de la Juventud Guanajuatense. Hubo muy buena química y se discutieron las políticas públicas”, afirma el también miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Las estructuras de resiliencia social, como las bandas urbanas, mostraron a través del proyecto de nuevas tecnologías, una complejidad cultural en torno a las nociones de apropiación del espacio urbano y necesidades que permitió plantear propuestas de solución desde la población, y que ayudó a validar la viabilidad de la aplicación desarrollada en You-i Lab.
“El proyecto nos permitió ir desde lo que los chavos banda proponían hasta el legislador, quien entendía y escuchaba lo que los chavos banda decían. Se hizo un reporte que está en manos del gobierno del estado de Guanajuato, y posterior a la validación de la plataforma en varias ciudades (por ejemplo, en Torreón, Coahuila, se mapearon todos los baches de la ciudad, entre otros) y su publicidad, se creó otra plataforma solicitada por el gobierno de Colombia para apoyar los observatorios comunitarios de agua en ese país”.
La participación ciudadana entre niños, jóvenes y científicos en Colombia para el cuidado del agua permitió una transferencia de tecnología que, a petición del gobierno, posibilitó el desarrollo de una plataforma que permite un ejercicio educativo civil, donde la juventud se compromete con la vigilancia de las fuentes del recurso que en el país son asunto de seguridad nacional. Algo que es sabido por la comunidad internacional.
“Presentamos los resultados en el Foro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación del Conacyt; presentamos la plataforma a todos los interesados, que era un equipo muy grande de personas para dar difusión al proyecto. La plataforma se creó con dinero público y no puede usarse para fines de lucro, y está disponible para cualquier ciudadano mexicano que la quiera usar. Se le otorga una licencia temporal, pero no es arbitraria. Se necesita cumplir con ciertas reglas, y lo que se hace es que si algún ciudadano mexicano está interesado, se arma un proyecto y se hace un intercambio de información; los capacitamos si es necesario, se recaba la información y luego se los regresamos”.
Ciencia, información y comunicación para el presente
La colaboración entre ciudadanos e instituciones de investigación científica —como la propuesta por el You-i Lab— es un ejercicio transdisciplinario que rompe con el mito de que la ciencia que se hace en México puede ser excluyente. Los pasos para el empoderamiento humano mediante el uso de nuevas tecnologías para combatir problemas de relevancia social inmediata, son un buen martillo para derribar ese abismo que impide el diálogo directo entre población y ciencia.
“You-i Lab está integrado por seis personas de base, entre estos, yo y la doctora Elizabeth Carrillo Sánchez, y muchísima gente más. En Urbis participaron más de mil personas entre colaboradores científicos extranjeros y nacionales, así como voluntarios. La clave es llevar esta tecnología a México para que se use en un contexto como el nuestro que es bastante diferente a como se usa en países de primer mundo”.
Los proyectos que actualmente está creando el You-i Lab comprenden nuevas estrategias tecnológicas para entender el estado actual de la población joven e infantil en México, para conocer sus intereses, capacidades, aptitudes y problemas, así como su bienestar social, como problema general.
“A causa de la heterogeneidad del país y su población joven, el problema es muy complejo. Pero es uno que se tiene que abordar científicamente, si no, ¿cómo se dirige a la nación si no se conoce el estado de sus tripulantes? Queremos contribuir en ese sentido y todos los proyectos que tenemos ahorita apuntan en esa dirección”, afirma el investigador.
Por el momento, su equipo de trabajo ha cerrado ciclos con proyectos previos y comienzan otros como uno que actualmente tienen con la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México (Seciti), para entender cómo los jóvenes de todas las alcaldías de la Ciudad de México usan las redes sociales e Internet, mediante el análisis de los patrones de uso que permitan generar políticas públicas que contrarresten la marginación social de la población joven.
“Tenemos tres proyectos más. Uno en el que estamos colaborando con el diputado César Carrizales, popularmente conocido como El Mijis, y vamos a empezar a trabajar integrando las metodologías que tenemos con un proyecto que él tiene de intervención social para crear un Corredor de Paz en zonas de gran violencia en la ciudad. Tratamos de hacer esta sinergia con ellos y tener un equipo científico para poder apoyarlo en la parte técnica y científica, soportándolo con tecnología que permita traducirse en un modelo de intervención social”.
También colaboran con el centro estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), con el objeto de conocer el bienestar de la población infantil en San Luis Potosí. Con lo cual se muestra la envergadura de la misión que el You-i Lab tiene, demostrando un alto compromiso científico con la sociedad mediante la generación de conocimiento, recursos humanos y proyectos con el sector público y privado del país.
“Esta plataforma se pudo usar en el caso del sismo en el centro de México el año pasado, porque busca poder crear soluciones. Incluso para monitorear construcciones dañadas que pueden dar información a personal de protección civil o ingeniería sobre lo que se puede necesitar”.
La flexibilidad de la plataforma, así como las propuestas innovadoras del You-i Lab y su disponibilidad, abren un nuevo camino para la intervención social en problemas inmediatos con el objetivo de crear soluciones desde la población cada vez más empoderada. Ahora solo queda esparcir la voz de que el You-i Lab está entre nosotros, y pensar en propuestas que nos beneficien como ciudadanía para exigir a las autoridades en colaboración, soluciones concretas, claras y con conciencia e impacto a largo plazo.
Agencia Informativa Conacyt