Como cada año, el 3 de mayo está marcado en el santoral católico como el Día de la Santa Cruz. Y en esa misma fecha, los trabajadores de la construcción festejan su día, tradición que se celebra para encomendarse a la Santa Cruz y no sufrir accidentes laborales.

Entre cal, arena, andamios, varillas, alambre, vigas, bultos de cemento, los albañiles festejan mañana su día, el día en que el grito mezcla maestro calla, la cuchara y la plomada la dejan por un bote de cerveza “porque esa es la tradición”.

El 3 de mayo se festeja “el Día del albañil” y es la misma fecha en que se celebra el día de la Santa Cruz con este motivo los albañiles desde el sábado empezaron a construir su cruz de los mismos desechos de la obra para colocarla hoy en la parte superior y más alta de la construcción.

Esta es una fiesta muy antigua, fiesta que conmemora a la Cruz en la que Cristo realizó su mayor sacrificio, y que además recuerda su triunfo sobre la muerte a través de su resurrección.

Sin embargo, la cruz posee también un segundo significado, puesta está relacionada con una antigua creencia indígena.

Desde temprano los trabajadores de la cuchara acuden al lugar donde entregan su mayor esfuerzo, aunque esta vez, no lo hacen para trabajar sino para festejar…