El incendio del tiradero de Tlaquiltenango, del sábado pasado, dejó sin trabajo a alrededor de una veintena de pepenadores.
Quienes se dedican a esta actividad, deploraron que no podrán recoger material en un tiempo aún no determinado.
Dijeron que además, cada día el negocio de la pepena da menos utilidad que antes, porque la basura llega al tiradero con menos reciclables.