El papa Francisco dijo hoy sentir dolor y vergüenza, y pidió perdón por los abusos sexuales contra niños por parte de algunos de los clérigos de la Iglesia católica chilena, en su primer mensaje de la visita pastoral de tres días que inició el lunes a Chile.
“No puedo dejar de manifestar dolor y vergüenza por el daño a los niños por parte de los miembros de la Iglesia”, dijo el pontífice en un discurso que pronunció la mañana de este martes en La Moneda, la sede del Gobierno chileno.
“Es justo pedir perdón y estamos haciendo lo necesario para que esas cosas no se vuelvan a repetir”, agregó el papa.
En Chile, casi 80 religiosos abusaron de menores, según una lista distribuida la semana pasada por la ONG estadounidense Bishop Accountability -que desde 2003 se dedica a publicar los archivos de abusadores dentro de la Iglesia católica.
Uno de los casos más emblemáticos que marcaron a la sociedad chilena es el del sacerdote Fernando Karadima, denunciado en 2010 por varias víctimas. Para la justicia chilena el caso prescribió y el Vaticano lo declaró culpable de abuso sexual y lo condenó a retirarse “a una vida de oración y penitencia”.
Para las víctimas, pedir perdón “no es suficiente”. “Necesitamos actos concretos que el papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores”, dijo a la AFP Juan Carlos Claret, portavoz de la asociación de laicos de Osorno, que lucha por que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima.
En vísperas de su llegada a Chile, la presión había crecido en Chile contra Francisco que, al asumir el papado en marzo de 2013, prometió tolerancia cero con los abusos. Además de publicar la lista con los nombres y apellidos de los religiosos implicados, el lunes, activistas de todo el mundo lanzaron en Santiago una organización global contra el abuso sexual infantil (“Ending Clerical Abuse”).