Desde la antigüedad, los humanos han levantado su mirada al cielo para tratar de ver qué es lo que hay más allá de nuestro planeta, y gracias a los avances de la tecnología, hoy en día es posible enviar dispositivos para estudiar el cosmos.
El doctor Juan Sumaya Martínez, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y los alumnos Eduardo Guerrero Salgado y Daniel Rossano Mercado, pasantes de la licenciatura en Física, construyeron y lanzaron un globo estratosférico dotado de instrumental para la medición de radiaciones cósmicas y un par de cámaras.
La carga del globo de helio consistió en sensores capaces de detectar rayos gama, rayos X y neutrones; tres dispositivos de posicionamiento global para determinar su ubicación; instrumental de telemetría para la medición de longitud, latitud, temperatura de los dispositivos, temperatura del ambiente, humedad y presión barométrica.
Para el lugar del lanzamiento se decidió realizar en el pueblo de Aculco, en el Estado de México, ya que hubo que tomar en cuenta distintos factores que ayudaran a que el globo y su carga no tuvieran problemas en su ascenso, como una baja densidad de árboles y población, además de que fuera una zona con poca actividad de tráfico aéreo.
Después de un ascenso que duró 45 minutos el globo logró alcanzar una altura aproximada de entre 30 y 31 kilómetros. Una vez llegado a la estratósfera, se mantuvo ahí durante 35 minutos recabando datos de radiaciones cósmicas, además de videos en alta resolución para su posterior análisis.
“Esta es la primera misión en México en su tipo dadas sus características y el tipo de instrumental utilizado. Esta misión nos tomo seis meses de preparación, ya que hicimos viajes a la Ciudad de México para ver a un par de investigadores de la Universidad de California, quienes nos apoyaron con su experiencia (…) Prácticamente es una misión espacial, realizada en el espacio cercano. La misión fue todo un éxito”, resaltó el investigador.
El investigador recordó que hubo varios aspectos a considerar para que la misión no fracasara. El más obvio de ellos que el globo fallara y se desplomara hacia la tierra, pero también se pensó en la necesidad de incorporar un sistema de calentamiento, ya que en la estratósfera la temperatura es de menos 60 grados centígrados, ocasionando que los componentes electrónicos del instrumental fallen.
Otro de los elementos lanzados en la misión y que desentona fuertemente de los dispositivos electrónicos fue un maíz. “Pensamos incluir un experimento sencillo de astrobiología, y como ahora es tiempo de cosecha en el Estado de México, escogimos un maíz duro de color rojo que es muy resistente a bajas temperaturas. Lo que tenemos ahora es semilla irradiada por rayos cósmicos”.
Las semillas irradiadas serán sembradas bajo condiciones controladas con el objetivo de observar su crecimiento a través de cámaras y cortes histológicos, que permitirán estudiar las afectaciones físicas y en el ácido desoxirribonucleico (ADN) de las semillas.
Sumaya Martínez mencionó que se tiene en mente realizar otro tipo de misiones, en donde se utilicen sensores de dióxido de carbono (CO2) y de ozono (O3) para el estudio del cambio climático, además de una mayor cantidad de instrumental óptico para realizar tomas hacia el espacio y detectar recursos minerales, agrícolas y acuíferos en la Tierra.