Actualmente en las dos principales instituciones de educación superior de Coahuila: la Universidad Autónoma de Coahuila (U.A. de C) y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), se desarrollan investigaciones e innovaciones tecnológicas en el área de alimentos, a través del Departamento de Investigación en Alimentos (DIA) de la Facultad de Ciencias Químicas (DIA) y del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos (DCTA), respectivamente.
Desde la fundación de la Escuela Regional de Agricultura “Antonio Narro”, el 4 de marzo de 1923, con el objetivo de preparar jóvenes en una disciplina profesional para las labores del campo, el tema alimentario está presente en la investigación de las universidades del estado.
En el presente, el DIA y el DCTA continúan este legado y buscan realizar investigación de calidad en torno alimentos y sus procesos, contribuir en la formación de profesionales comprometidos con la sociedad, impulsar a los productores locales y fomentar el desarrollo integral y sustentable de la región.
De acuerdo con la doctora, Dolores Gabriela Martínez Vázquez, profesora – investigadora perfil PRODEP, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel Candidato y Jefa del Departamento de Ciencia y Tecnología en Alimentos de la UAAAN; la investigación en alimentos es una oportunidad para la búsqueda de soluciones a problemas como hambruna, desnutrición y obesidad, que repercuten en la salud debido a la aparición de enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes.
“Esta investigación abarca desde el aprovechamiento de recursos naturales, elaboración de nuevos productos, optimización de procesos, hasta la aplicación de tecnologías alternativas amigables con el ambiente, capaces de generar productos alimenticios de calidad, nutritivos, inocuos y con alta vida de anaquel”, explicó la científica.
Oficialmente, en 1992, se creó el Departamento de Investigación en Alimentos (DIA) de la Facultad de Ciencias Químicas en la U.A. de C., fue avalado por el Consejo Directivo de la institución en enero 1993 y actualmente corresponde al área de trabajo del Cuerpo Académico Consolidado en Ciencia y Tecnología de Alimentos. Esta área inició la investigación en el área de alimentos, independientemente de aspectos de producción agrícola que desarrollaba la UAAAN desde hace décadas, pero siempre han mantenido comunicación en temas de investigación.
De la misma forma, a finales de la década de los ochenta e inicios de los noventa, científicos de diferentes departamentos de la UAAAN, visualizaron la necesidad de lograr vincular la producción agrícola con la transformación de materias primas en alimentos procesados dentro de las cadenas productivas. A partir de esto, hasta el semestre agosto – diciembre de 1997, inició el programa de Ingeniero en Ciencia y Tecnología de Alimentos, y, después de años de negociaciones, en 2012 surge oficialmente el Departamento de Ciencia y Tecnología en Alimentos (DCTA) de la UAAAN.
De esta manera, la investigación en el área de alimentos se ha desarrollado, a pesar de que el estado está ubicado en una región semidesértica.
“Por ser la región noreste una zona semidesértica, se pensó en aprovechar los recursos naturales con los que se cuentan y, mediante la aplicación de tecnologías alternativas, mejorar procesos que puedan lograr la transformación de la materia prima hasta el producto terminando e incluso empacado, con la finalidad de ser aprovechado por la sociedad de manera eficiente”, comentó la doctora Martínez Vázquez.
La doctora Rosa María Rodríguez Jasso, Profesora – Investigadora, coordinadora del Cuerpo Académico de Ciencia y Tecnología en Alimentos de la U.A. de C. e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel 1 coincidió en la importancia de aprovechar recursos de la región para su aplicación en la obtención ingredientes y alimentos de fuentes naturales y añadió que este auge se dio por la necesidad básica de ser humano a alimentarse.
“Tenemos plantas que pueden ser valorizadas para el uso de alimentos, tenemos manzanas, nueces, uvas, ganado, y esto se puede utilizar para valorizar tanto frutos como residuos, luego tenemos muchos agaves no tequileros y el aguamiel. Ahora estamos buscando eso, ingredientes o productos que sean buenos para la salud, que apoyen enriqueciendo y/o funcionalizando alimentos. Buscamos alternativas de utilizar todos los recursos que no son valorizados y proponer opciones en la región”, comentó.
De acuerdo a las investigadoras, ahora se busca obtener productos con ingredientes relativamente novedosos, desarrollar productos de la región que tengan impacto nacional e incluso impacto para exportación.
Potencial Industrial y Futuro
De acuerdo al Sistema de Información Empresarial Mexicano, en la actualidad, existen en Coahuila 201 establecimientos dedicados al giro de alimentos. Desde Microempresas, pasando por pequeñas y medianas empresas (PyMes) y grandes compañías. De acuerdo a las investigadoras, esto representa un gran potencial en el área para el estado.
“La industria de los alimentos es muy fuerte, tenemos empresas alimenticias en la misma región, empresas de confitería, refrescos, juguera, harinas. Además de todas las que existen en Monterrey que están muy cerca; la industria lechera y ganadera en la laguna, entre otras”, puntualizó la científica Rodríguez Jasso.
La doctora Martínez Vázquez subrayó que este potencial en el desarrollo y escalamiento industrial en el sector alimentario de la región, debe tener como base el beneficio social y apoyo al productor para desarrollar procesos adecuados, calidad de manejo y valor agregado a los alimentos.
“La importancia radica en obtención de un beneficio social, tanto para productores, quienes mediante la aplicación de procesos controlados puedan dar un valor agregado a sus productos; hasta a empresas que mediante la optimización del uso de tecnologías amigables con el ambiente, que puedan ofrecer productos alimenticios de calidad a bajo costo, sin sacrificar el valor nutrimental de los mismos”.
La investigadora Martínez Vázquez añadió que la sociedad, al tener acceso a alimentos inocuos, nutritivos y con mayor vida de anaquel; definitivamente se verá beneficiada tanto en salud como economía.
La coordinadora del Cuerpo Académico de Ciencia y Tecnología de alimentos de la U.A. de C señaló que la región necesita desarrollar sus propios productos y consumirlos para contribuir con el sector agrícola, además de apoyar en el desarrollo de tecnología y transferencia de tecnología de los pequeños productores.
“Desarrollar tecnología que pueda ser aplicada para que el productor pueda vender sus alimentos y las PyME se puedan desarrollar, ofrecer análisis para el desarrollo de estos alimentos de la pequeña industria y que el comerciante de la región esté dentro de las normas y que sus productos puedan ser certificados para su comercialización; que se tenga la seguridad que se puede distribuir a nivel nacional o incluso exportar”, enumeró Rodríguez Jasso.
Ambas especialistas coinciden en que esta área tiene un gran futuro, no solo en la región sino a nivel nacional e internacional. Ya que existen muchos productos en el estado que pueden aprovecharse y la necesidad de alimentos de calidad siempre existirá en la sociedad.
“Se visualiza un futuro prometedor, pues todavía falta mucho por hacer en beneficio de la sociedad, no solamente de la región si no a nivel mundial; todavía hay mucho más que investigar y aportar información que pueda ser aprovechada con fines de incrementar la seguridad alimentaria de la humanidad, tanto desde el punto de vista del uso de los recursos naturales como el mejoramiento y optimización de procesos de la industria alimentaria”, puntualizó la investigadora Martínez Vázquez.
La doctora Rodríguez Jasso agregó que los investigadores deben proponer productos innovadores, que tengan ingredientes funcionales, que den un beneficio a la salud, además de crear productos mexicanos al asociar ingredientes de diferentes regiones del país. Todo, a través del trabajo interdisciplinario con áreas como Ingeniería Mecánica, Economía, Biología, Ecología, Agronomía, entre otras.
“El futuro es desarrollar alimentos que tengan la aplicación de estos ingredientes funcionales que le den beneficio a la salud del consumidor y que tenga la seguridad que ese alimento ayudará a estar más saludable, disminuir tendencia a una enfermedad, mejorar su nutrición y que pueda conservarse en largos periodos. Seguir evolucionando con base en las necesidades de la población y a las tendencias, porque al fin y al cabo implica comercio pero no perder nunca el beneficio social de la alimentación”, enfatizó la doctora Rodríguez Jasso.