Con música de diferentes géneros, familias enteras recuerdan a sus difuntos en el panteón del poblado de Ocotepec, uno de los panteones con mayor tradición en la entidad.
Tradiciones que no mueren y se heredan de generación tras generación, jóvenes y niños que no conocieron a sus ancestros, sin embargo, asisten con fervor y júbilo a celebrar este día.
Muertos nuevos y tumbas olvidadas son el contraste del colorido camposanto al norte de Cuernavaca; flores, ceras, comida, velas y olor a inciensos inundan los estrechos pasillos de tierra por donde los visitantes acuden también al llamado a misa, al encuentro de los recuerdos con sus muertos, con historias que se niegan a ser olvidadas.