De acuerdo con la tradición católica, San Miguel Arcángel persiguió incansablemente a Satanás, quien fue expulsado del cielo, y en su huida, el diablo
recorre las calles, intentando entrar a los hogares, hasta que es derrotado por el santo.
Esta es una creencia religiosa que se repite el 29 de septiembre de cada año y la forma de protegerse, es utilizar la flor de pericón en forma de cruz.
En estos días, la gente se apresura a comprar sus cruces para instalarlas en las puertas de las casas, en los coches, en sembradíos y todo aquello que se quiera proteger y ahuyentar al demonio.
María Guadalupe, y doña Felipa, son dos vendedoras de estos productos, que aseguran que aunque la tradición se mantiene, la demanda ha ido a la baja.
Aunque los costos han subido, todavía se encuentra cruces de esta flor, en 10 pesos.