Investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), de la Universidad de Colima (Ucol), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) determinaron científicamente el potencial analgésico y la actividad antiinflamatoria de la Moringa oleifera, planta de origen hindú que se ha adaptado a las condiciones de México.
La investigadora del Laboratorio de Neurofarmacología de Productos Naturales de la Dirección de Investigaciones en Neurociencias del INPRFM, María Eva González Trujano, señaló que existen diferentes especies de moringa, pero la que más se cultiva es la Moringa oleifera, la cual se considera una excelente fuente de hortaliza verde no solo nutrimental sino además medicinal.
Explicó que el dolor se clasifica en diferentes tipos dependiendo de su temporalidad como agudo o crónico, o de su mecanismo fisiopatológico o localización, por ejemplo, como visceral, muscular o neuropático.
Dijo que algunos analgésicos no son útiles para aliviar todos los tipos de dolor, es por ello que en el estudio se realizó un cernimiento en diferentes modelos experimentales para conocer el potencial analgésico de la moringa, así como su espectro de actividad, siendo que se le recomienda de manera empírica para todo tipo de enfermedades, incluyendo las que cursan con dolor inflamatorio.
Los resultados observados en los diferentes modelos in vivo utilizados en esta investigación muestran evidencia preclínica de un amplio espectro de actividad en las hojas de moringa para aliviar el dolor, subrayó.
Técnicas de análisis
González Trujano indicó que investigaron la presencia de compuestos por técnicas de análisis químico como los flavonoides, entre los que se encuentra el glucósido de kaempferol de naturaleza polar, que se analizó por la técnica de cromatografía de ultrarresolución.
Mientras que el ácido clorogénico en los componentes de tipo no polar fue analizado por técnica de espectroscopía de masas. Ambos ya se han evaluado de manera individual con actividad antinociceptiva o analgésica, lo que demuestra su utilidad en la terapia del dolor y su participación en el efecto de la moringa.
La doctora en farmacología por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), María Irene Díaz Reval, quien trabaja en el Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB) de la Ucol, señaló que en dicho estudio examinaron el espectro antinociceptivo y antiinflamatorio de extractos de hojas de Moringa oleifera, utilizando diferentes tipos de modelos experimentales en ratas.
Díaz Reval, nivel I en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dijo que la investigación inició en 2015, con el objetivo de determinar algunos componentes de esta planta y analizar si algunos extractos tienen efecto antiinflamatorio y analgésico.
El equipo de la doctora Eva González Trujano recolectó la planta, que ha sido utilizada durante mucho tiempo en la medicina popular para tratar el dolor, en el estado de Sinaloa.
De igual forma, indicó que la manera de tratar la mayoría de las plantas consiste en secarlas a la sombra, en un lugar perfectamente aireado y ya que están secas se llevan a cabo los extractos, en este caso se trituraron las hojas y luego se hizo la maceración con los diferentes solventes orgánicos.
Además, en esta investigación para conseguir los extractos también usaron el disolvente polar etanol (C2H5OH).
La caracterización morfológica básica se realizó mediante microscopía electrónica de barrido y microscopía confocal de barrido láser.
De esta manera, exploraron la evaluación farmacológica de extractos no polares y polares en varias dosis, que van en el rango entre 30 y 300 miligramos por kilogramo para las ratas, mediante cinco modelos de dolor, usando la prueba de formalina, edema de pata inducido por carragenina y artritis inducida con inyección subcutánea de colágeno en ratas.
Una de las sustancias detectadas en el extracto no polar de la moringa fue el ácido clorogénico, el cual ya se ha determinado en otras investigaciones que puede tener efectos analgésicos.
Entre las conclusiones, los investigadores sugieren un efecto cooperativo entre el extracto de sustancias polares y no polares.
Los datos obtenidos con extractos de hojas de moringa dan evidencia de su potencial para el tratamiento del dolor, finalizó Díaz Reval.