En medio de protestas de sus opositores, rodeado de policías e incluso con chaleco antibalas, Abraham Salazar Ángel asumió este lunes nuevamente, el cargo de presidente municipal de Xoxocotla.

En un evento cerrado, al que sólo asistieron sus simpatizantes, personajes públicos y el director general de gobierno, Erik Santiago Romero Benítez, Salazar Ángel tomó protesta y llamó a sus compañeros de cabildo a unirse para trabajar por el municipio.

“Es la hora de la reconciliación en Xoxocotla y dejar atrás la confrontación política”, dijo, pues mientras se realizaba la ceremonia, afuera, decenas de simpatizantes del otro grupo gobernante, encabezado por el regidor Raúl Leal Montes, exigían entrar y gritaban “asesino”.

La toma de posesión fue rápida. Dos veces, el otra vez presidente (la primera, tras el fallecimiento de Benajamín López)  llamó a la unión a sus compañeros y a la población.

Pero la protesta de afuera se desbordó. Comenzaron a lanzar diversos objetos y lastimaron a dos policías.

Adentro, se llamó a la firma del acta de cabildo y entonces, también los regidores Raúl Leal y Leticia López, protestaron porque aseguraron que no todos los concejales fueron tomados en cuenta y Abraham Salazar no cumplió con el acuerdo pactado de respetar la estructura que  ganó las elecciones y cambió hasta las comisiones. Fueron acallados con los gritos de “Abraham presidente”. 

Por momentos, se vivió gran tensión, pues afuera del inmueble, las oficinas del Dif habilitadas ya como presidencia municipal, arreciaban los gritos.

La reportera Claudia Marino recibió agresiones de parte de la policía municipal cuando intentó salir del lugar a documentar lo que pasaba afuera.

Finalmente, Raúl Leal y sus compañeros, salieron del recinto y dijeron que irían a Cuernavaca, a la secretaría de gobierno a presentar su inconformidad con los acontecimientos.

Entonces, Abraham y su gente pudieron salir, a realizar la marcha de la victoria por las principales calles del poblado indígena. Llevaba un chaleco antibalas e iba rodeado de policías.

De pronto, comenzaron a repicar las campanas de la iglesia.

Por su parte, el  helicóptero de seguridad pública sobrevoló la zona.