Tuvo que ocurrir un accidente y falleciera, para que Francisco Laiz Gómez, fuera localizado por sus padres, tras diez años de búsqueda.
Sus padres, Felipe Laiz Ramos y Consuelo Gómez Juárez, dejaron de verlo hace diez años, que salió de su casa en la colonia Pedro Amaro de Jojutla, a hacer “la reta” con sus amigos de la calle en la citada colonia.
Su madre recuerda que el entonces adolescente, de 17 años, había sufrido un accidente cuando era niño y sufría ataques de epilepsia, por eso había amenazado con irse un día y no regresar jamás.
Felipe y Consuelo se dedican a recolectar basura. Con los pocos recursos que tenían buscaron a su hijo por todos los lugares que pudieron. Recurrieron a la fiscalía y a la Comisión de búsqueda de personas.
Pasaron diez años, y hace dos semanas, la fiscalía les informó que localizó su cuerpo, sin vida, tras un accidente de tránsito.
Durante estos diez años nunca tuvieron conocimiento de él. No supieron a qué se dedicaba y si tuvo familia. Nunca establecieron contacto mientras estaba vivo.
Su mamá se mostró consternada, con el corazón dolido.
Se consuela porque por fin ya sabe dónde está, termina la angustia de diez años y tiene dónde llorarle.
Sin embargo, no han visto el cuerpo. Quieren hacerlo para constatar si realmente es Francisco. Dicen que la fiscalía les dirá cuándo entregará el cuerpo.
Adelantó que lo sepultarán en el panteón viejo de la colonia Pedro Amaro, en donde tienen a otros familiares enterrados. “Queremos velarlo antes”.