A pesar de que aseguró que pudo abatir cierta cantidad de deuda global, durante los tres años de su administración, el alcalde de Puente de Ixtla, Mario Ocampo Ocampo, reconoció que heredará a su sucesora (que por cierto, fue su tesorera) una deuda global de 310 millones de pesos, y dijo que todavía está combatiendo las llamadas “pensiones doradas”.
En conferencia de prensa este martes, el alcalde hizo un recuento de la situación financiera que dejará al siguiente gobierno, y que incluye un convenio que hizo la anterior administración, por la concesión del alumbrado público, por lo que resumió que al terminar su trienio, la deuda firme del municipio será de 310 millones de pesos 183 mil 702 pesos.
Reconoció que el siguiente gobierno deberá enfrentar esta situación y asumirlo como “un gran reto”, porque las destituciones de la ahora presidenta municipal (por laudos) van a continuar.
Además la disminución del presupuesto va a continuar, por el pago de la concesión del alumbrado, y no se aprobó la ley de ingresos y egresos 2022 y trabajarán con la de 2019.