Carlos, es una persona de 64 años que vive en algún municipio de la región sur. Es una de tantas personas con discapacidad,  que en su caso, padece de la vista y prácticamente todos los días tiene que salir a buscar su alimento, ya que por su condición,  y vivir prácticamente solo, no puede cocinar.

Hace tres años perdió la vista (cree que fue debido a su trabajo en la cocina) y aunque tiene familia, no se pueden ocupar de él, por lo que en esa condición sale al mercado a almorzar y comer.

Camina solo, con su bastón. ya se sabe de memoria el camino. La gente lo mira indiferente.

Él dice que no puede dejar de salir, porque no hay quien lo ayude, por lo que gracias a sus hermanos, ya tiene un lugar donde almorzar y donde comer en el mercado y luego uno de ellos lo devuelve a su casa, o se regresa solo.

Dice que no le da miedo el coronavirus COVID-19. Está consciente de los riesgos y considera que de una u otra manera, todos vamos a morir algún día.

“La verdad es que sí le pido a Dios que me de paciencia y me fortalezca mi espíritu, para que yo pueda soportar todo”.