Poco más de la mitad de la población en el país no cuenta con el vital líquido en sus viviendas; en las comunidades rurales del municipio de Tlaquiltenango la ausencia y deficiencia del vital líquido es una realidad; y en esta contingencia el lavado de manos es esencial para prevenir el contagio del COVID-19, ya que el agua y el jabón es el escudo número uno para protegerse; así lo expresó Felipe Garza de Coaxitlán. –“Ahorita que hay que lavarse las manos a cada rato es un problema, porque a veces no tenemos nada”, dijo.
En Los Dormidos carecen de toda la vida del vital líquido y solo la obtienen del pozo así lo daba a conocer el ayudante Santos Cabrera García.
En San José de Pala el agua llega cada ocho días y son mil litros los que les proporcionan por lo que pagan 15 pesos al mes, aunque cuando llega el recibo de la luz pagan entre 100 y 120 pesos, así lo aseguró la ayudanta Guadalupe Domínguez Vargas, en cuanto a lo del coronavirus mencionó lo siguiente.
En Coaxitlán llega cada sábado y les cae mil litros del vital líquido y pagan 80 pesos mensuales.
En Huautla el agua les llega de la Mina El Pájaro Verde que es cada tercer día, pagan 20 pesos al mes. También les llega el agua de la presa El Pochote y son dos días continuos el pago es voluntario pero lo mucho es 50 pesos al mes.
En Valle de Vázquez les cae diario y pagan 120 mensuales y cuando se descompone la bomba desembolsan 200 por familia.
En cuanto a la contingencia Felipe Garza dijo que no cuentan con gel antibacterial en Coaxitlán “Estamos olvidados e indefensos en esos temas”.
Por su parte; en Huautla mencionan nuestros entrevistados que la gente se alborotó la semana pasada en el tema del coronavirus por la tienda Conasupo les avisó que cerraría por lo que la gente empezó a comprar sus despensas. El párroco por ejemplo ya suspendió todos los eventos de Semana Santa y este domingo de Ramos va a pasar por las calles bendiciendo los ramos a domicilio.