Jenifer Cortés, es una joven madre de 30 años, sicóloga, vecina del poblado del Higuerón en Jojutla, que tiene un niño actualmente de tres años de edad. A los dos años le cambió totalmente la vida, cuando el pequeño Thiago empezó a manifestar una regresión en su desarrollo.

“Dejó de hablar, dejó de caminar y a tener comportamientos que ya no eran dentro de lo normal. Empecé a investigar y un centro de autismo lo diagnosticaron en esta condición”.

Reconoció que se hizo muchas preguntas y le surgieron un sinfín de situaciones, y se dio cuenta de que en la sociedad todavía hay miedo a normalizar y hablar de esta situación. “Siempre nos referimos a ellos como seres especiales, cuando debemos incluirlos”.

“Cuando te toca estar aquí, es complicado, pero también es un reto. He visto un avance increíble dentro de todas las terapias que hemos tomado. Sé que es cansado, pero sé que vamos a poder y lo mismo le digo a las mamás que de pronto se quieren rendir”.