Vecina de Jojutla, Cecilia Abúndez Mastache, actualmente de 24 años, tiene una empresa de cosméticos artesanales exitosa, que exporta a Estados Unidos, Guatemala y varios estados de la República.
Por ello, no parece ser una persona que uno se puede encontrar en una expo “naranja”, para mujeres emprendedoras, que han sufrido de violencia.
Pero no sólo eso, no sólo sufrió de violencia, sino que además, fue despojada de la primera empresa que ella misma creó.
Narró que hace siete años, se casó muy enamorada de un joven jojutlense, e incursionó en los negocios, en una empresa de cosméticos.
La empresa iba muy bien, pero su matrimonio muy mal. Su esposo la maltrataba.
La situación la llevó a divorciarse, y en el trámite, se dio cuenta que el hombre había puesto todo a su nombre y la dejó sin nada.
Confesó que fue una situación muy difícil. Se volvió madre soltera y se quedó sin recursos legales para reclamar lo que ella había creado. Pero no se dejó vencer y con la experiencia que ya tenía, volvió a crear otra empresa similar, que fue creciendo poco a poco.
Dijo que fue fundamental su fe en Dios y el apoyo de sus padres, y con el impulso de sus hijos, así como el sorpresivo apoyo de sus clientas, que incluso sin conocerla, llegaron hasta a prestarle dinero, pudo salir adelante.
Desde hace más de dos años, creó esta nueva empresa, denominada ahora “Dilia cosmética artesanal”, y ya cuenta con una pequeña fábrica en donde elabora los productos y han tenido tanta aceptación, que los envía a varios estados del país e incluso Estados Unidos y Guatemala.
Confesó que le gusta contar su historia, no por vanidad, sino para dar un ejemplo de vida a las mujeres, de que se puede volver a comenzar “desde cero”.
Aprovechó para recomendar a las mujeres a no confiarse, y mucho menos, dejar violentarse por los hombres.