La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), a través de la Facultad de Farmacia (FF), desarrolla una molécula análoga de la Anfotericina, que es un medicamento antimicótico con efectos tóxicos para los pacientes, con el fin de disminuir las consecuencias de su consumo y ofrecer nuevas alternativas.
Entrevistada en Radio UAEM el pasado 24 de agosto, María de Lourdes Rodríguez Fragoso, profesora investigadora de esta unidad académica, informó que este proyecto consiste en la modificación de una molécula de dicho medicamento, “para que sea igual de efectiva pero que no tenga los efectos secundarios del original, como el daño a los riñones”, dijo.
Explicó que esta investigación está en la fase preclínica y están a la espera de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), autorice estudios en humanos.
Dicho trabajo se desarrolla en el Laboratorio de Farmacología, Toxicología e Inmunomoduladores (LFTI) de la UAEM, mismo que se encuentra certificado bajo la Norma Internacional ISO 9001:2015, además cuenta con la participación de estudiantes de licenciatura y posgrado, investigadores y el personal de dicha facultad.
“Estar certificados como laboratorio implica tener registros, bitácoras, mantenimiento de equipos y es una ardua labor, lo que implica que la industria farmacéutica se acerque a los investigadores porque les asegura que su infraestructura está funcionando lo mejor posible, de manera óptima y de acuerdo a las normas internacionales”, dijo la investigadora.
Rodríguez Fragoso mencionó que esta certificación también permite que en el laboratorio se realicen servicios preclínicos para ofrecerlos a la industria farmacéutica, “esto significa trabajar con células y animales para demostrar que una nueva molécula o fármaco es seguro y efectivo”, refirió.
Comentó que la molécula derivada de la Anfotericina es un trabajo que se realiza desde hace 15 años en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con el objetivo de que la molécula apruebe los estudios clínicos para que sea llevada al mercado a la brevedad.
Finalmente, la investigadora destacó que es necesario continuar con estos trabajos porque debido a la situación económica no han avanzado de fase, “para realizar el proyecto a gran escala, la producción implica costos elevados, esta es la razón por la cual se busca la colaboración de la industria farmacéutica, se necesita producirlo de forma ingerible para los pacientes, ya sea en tableta o cápsula para iniciar con la fase uno del proyecto”, expresó.